YOGA Y TENSIÓN



Artículo que introduce un comentario sobre lo que significa la “Tensión” en el Ser Humano, y la forma en la que el YOGA enfoca su técnica de trabajo, para poder re-conducirla en la vida cotidiana.





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LA VIDA ES TENSIÓN MANIFESTADA



La mayor parte de consultas acerca del Yoga se dirigen hacia algo que concierne a las sensaciones de casi todo el mundo en la vida cotidiana, o en un momento determinado de la Vida. Se consulta sobre la conveniencia de comenzar a practicar Yoga, para poder controlar y eliminar las "tensiones".

Este vocablo,junto con su homólogo anglosajón, "stress" se ha convertido en el " santo y seña" de un disparadero que inicia y promueve las visitas a los centros de salud, los especialistas de la Psique y de las dolencias físicas. Durante toda la Historia de la Humanidad, nadie se había cuestionado si esa sensación a la vez, vaga y tangible en todo nuestro organismo, era digna de tener en cuenta. De hecho, constituye unos de los mecanismos vitales y de defensa de la vida más valiosos. La Vida, en su totalidad es "todo tensión", ya que es imposible concebirla sin el movimiento y la transformación. Ni tan siquiera en la "aparente" tranquila vida de un recién nacido , su ser está en perfecta y presente relajación, puesto que precisamente, dicha quietud, es una forma de compensar el desarrollo pavoroso, milagroso, y acelerado de sus células, especialmente las de su cerebro, que es el que impulsa la vida a través de unas sustancias que controlan la energía y que se llaman "hormonas".

¿Porqué de repente esa obsesión. por rechazar cualquier tensión, sentirse sometido y no ayudado por la misma, y en definitiva llegar a ser agotado física y mentalmente ? ¿Porqué, aun existiendo en una época de la civilización humana en la que "de momento" la forma de vida es mucho más llevadera y placentera, incluso "relajada", que la de nuestros "primitivos hermanos" , la palabra "stress" ha tomado el puesto del Leviatán venido de los infiernos, al que es necesario combatir para que no nos engulla el cerebro y el Alma?

Creo que una de las respuestas reside en el hecho de la evolución de la Ciencia en cuanto a lo que se refiere al comportamiento y el Alma del Hombre. Al desarrollo de la Medicina en la investigación de lo que sucede al hombre por el interior de su cabeza y de su alma. En definitiva en la realidad que permite que podamos ser "asistidos" por profesionales supuestamente competentes, y que además, cuando lo hagamos, éstos, puedan recetarnos sustancias que han sido legalizadas para esa circunstancia y que nos alivian de los males o de los síntomas de "tensión".

Y, llegando al título de este artículo. ¿Qué tiene que ver el Yoga con todo esto?.

En lo que a mí concierne, es necesario buscar en los orígenes de esta disciplina. Y realmente, darse cuenta, de que el Yoga, es un medio para conseguir un "fin". Original y en su pureza, transcender, la apabullante. propensión del cerebro humano, a engañar o hacer creer a las personas, que aquello que creen tener, fuera y dentro de su cabeza, es "yo". Y que que ese "yo" puede ser controlado por......¿qué o quien?

Se supone que "no estamos bien cómo somos".
Muchas filosofías y religiones consiguientes apuntan hacia esa "salvación".
El Yoga no se salva de mantener sus propias filosofías, sus propias formas de hacer creer a las personas, qué hay que hacer, para transcender el sufrimiento. Se supone que además se necesita una durísima disciplina activa. para llegar a "no ser" o "ser otra cosa". Alimenta, en su original pureza, el tabú hacia cierta forma de manejarse, alimentarse, vigilando constantemente el buen cumplimiento de hábitos,que adereza con cuasi certezas de carácter metafísico y de índole "esotérico". Y se revela, también, cómo una práctica que ciertas almas han seguido, y que de alguna manera, les dota de "poderes super-humanos". De ahí, numerosos estudios científicos, para comparar, con asombro hasta que punto, los gurúes, faquires, santones, pueden controlar sus constantes vitales,de manera en que literalmente se convierten en "muertos vivientes".

Parecería, entonces, que lo que comento, suena a crítica, hacia el Yoga en su original acepción y uso .Y la verdad es que mi amor por el, no me ha hecho perder mi también original mirada crítica hacia lo que considero un imposible. La transformación del ser humano por una individualidad que no cuenta nada más que con su onírico cerebro. Es decir....que habiéndose generado esa necesidad de progresar espiritualmente en un individuo, éste se tome demasiado trabajo en pensar que lo puede hacer a base de "pura voluntad", y que además confíe a pies juntillas en que el resultado obtenido con el control de su cuerpo y mente pueda ser evaluado cómo algo beneficioso y salvador y que además pueda ser vendible.

Todo el mundo conoce la historia de Gautama, " el Buda" en la que cuando se dio cuenta de que la Vida estaba llena de miseria, dolor y pérdida se retiró ascéticamente a ayunar y meditar bajo un árbol durante mucho tiempo, hasta que pudo eliminar el deseo, el hambre y la mente agitada, pero no perdió la razón por un pelo y de repente se “hizo la luz” en su alma, y esa iluminación no le subió en una nave estelar a otro mundo de “Jauja" cómo los protagonistas vejetes de la película "Cocoon", sino que le hizo regresar bruscamente a su naturaleza orgánica y perecedera y de repente “sintió hambre y pidió comida”.

A partir de entonces, Gautama comprendió que la mayor aportación al desarrollo de la espiritualidad no estaba en las disciplinas o el ascetismo orgulloso sino en la sensible cotidianidad , compartiendo con los demás seres su destino y su propia Esencia. es decir antes que querer ser "super-humano" es necesario sentirse “Humano” de verdad.

YOGA CÓMO TERAPIA



Entramos entonces en otra realidad diferente acerca del uso del Yoga, y sobre todo lo que Ciencia de la Medicina ha encontrado de utilizable y beneficioso de tal disciplina. Lejos de situarse en el embeleco de querer que las personas busquen transcender de manera narcisista su propio ser, sin ni tan siquiera conocerlo y mucho menos repudiando algo de sí mismo, la creatividad de los hombres, ha encontrado una "herramienta" útil y llena de buenos resultados para la salud de la psique y del cuerpo físico.

Lejos de querer convertir a nadie en "super-humano" y mucho menos, embelesarnos con un carácter mágico,casi milagroso, la Ciencia ha investigado en la posibilidad de usar la técnica para que las personas conozcan mejor su ser, por dentro y por fuera. Por dentro, no solamente en el espacio mental, sino en todo el esplendor de la sensibilidad de nuestros órganos,estructuras y sistemas. Por fuera, en la medida en la que la práctica incrementa la capacidad de los sentidos, con lo que obtendremos una respuesta cerebral diferente ante la natural tensión de vivir en un mundo cuajado de movimiento, a veces plagado de catástrofes, y muerte,pero también lleno de placeres, amor y desarrollo espiritual. Es ahí, donde nos encontramos ahora. Y vamos a ahondar en la enorme capacidad del Yoga para armonizar de dentro hacia afuera, y de afuera hacia dentro, en la realidad inexorable de la "tensión".

La base, raíz, elemento en el que se sustenta la "capacidad terapéutica" del Yoga reside en algo que llamamos "CONSCIENCIA DIRECTA".



CENTRARSE O "CONCENTRARSE"



Se diría que la "Consciencia Directa" es una especie de capacidad innata que nos ayuda a "concentrarnos". Esa es la palabra que normalmente se utiliza para entendernos. Pero, pocas veces se utiliza la palabra "centrarse", y es más....en algunos casos se ha deteriorado su significado, puesto que de una forma un poco peyorativa, se habla de alguien cómo diciendo que "es una persona "self-centered", es decir, es castellano, "ego-céntrica", con lo cual se identifica a la persona con una etiqueta de egoísmo y a veces de narcisismo.

Sin embargo, la palabra "concentrarse"" refleja la idea de esfuerzo, de mantenerse en una tensión, que aunque se dirige hacia uno mismo, en el fondo no es sino una manera de tratar de controlar lo que el "cerebro tiene entre manos". Desde mi punto de vista, esto está dañando mucho a las personas, que no distinguen entre sentirse "centradas", sin que ello constituya un esfuerzo "hercúleo" y por el contrario "concentradas", gastando una enorme cantidad de energía para conseguir un resultado, o simplemente creyendo que la "concentración"va a producir resultados mágicos, cuando en realidad es el “centramiento” el que nos lleva hasta la "intuición" y nos abre a un desarrollo de la creatividad mucho mayor.

A la hora de ser conscientes de la tensión y cómo manejarla, es mucho más importante el "centrarse” que la "concentración", puesto que el "centrarse” nos permite relajar nuestro ser pero utilizar la "Consciencia Directa" de una manera intensa.

Sin embargo, no desechamos la acepción usual, “concentración" puesto que esa forma de usar el cerebro es muy importante en muchas actividades de la vida. Sobre todo aquellas en las , que los resultados de lo que se está haciendo dependen de la capacidad de "controlar" nuestras habilidades, cómo sucede con las personas que trabajan "actuando", es decir respondiendo ante los demás y con una responsabilidad muy grande, Eso sucede en muchos aspectos de la vida cotidiana, desde los artistas, a los profesionales de muchas ramas , artesanos, conductores de vehículos, cirujanos, en fin, la lista es interminable. Si además de "concentrarse" , las personas. pudieran aprender a "centrarse", se darían cuenta de que la "concentración" a veces, va de la mano del "automatismo", y que muchas veces confundimos la habilidad o capacidad con la manera en la que a la larga, después de realizado un trabajo muchísimas veces, creemos que estamos realmente centrados en el, cuando en verdad, es el sistema automático de aprendizaje y práctica, lo que hace que el resultado sea de una manera u otra. Nos da una cierta dosis de "tranquilidad" y no podemos entender cómo personas con una gran práctica en su trabajo, pueden cometer errores a veces, de carácter catastrófico, produciendo sin quererlo, unos accidentes aéreos, de tren o de cualquier otra clase con unos resultados devastadores.

"CENTRARSE" EN LA TENSIÓN



La palabra clave, para la práctica del Yoga con la idea de manejar las tensiones es "Centrarse". Y lo más curioso es que inicialmente se diría que en vez de querer eliminar la Tensión cómo el que se quita un mosquito molesto con un manotazo, es muy necesario aprender a "centrarse" en ella.
Esto parece paradójico, y seguro que produce una repulsa, ya que la idea general es que el Yoga "relaja" y por lo tanto no puede uno pensar que para que se relaje ha de hacer uno, "un esfuerzo centrado",

De hecho, sorprende mucho iniciar una sesión de Yoga en la que de buenas a primeras, el maestro o maestra solicite de los alumnos, total centramiento, en una postura en la que solamente está contraindicado el dolor, con lo que, advertido, se puede cambiar de postura o colocarla de forma que no duela la parte del cuerpo que se está quejando.

Vamos a poner un ejemplo práctico.
Tenemos nuestra espalda derecha, hacia la pared, pero sin apoyarse en ella. La pelvis, no obstante, la hemos sujetado con un cojín para dar un asentamiento correcto y sujeto a toda la base. La maestra nos solicita colocar las piernas cruzadas, con su consiguiente tensión. Además, nos solicita no dejar que la caja torácica se caiga hacia el vientre. Nos solicita que la base de la nuca se estire hacia el cielo, que los hombros se se tensen, que la musculatura profunda de la columna se mantenga erecta, sensiblemente estirada. Que el rostro se relaje, sin tensiones en la mandíbula, en los ojos, en las sienes, en la frente, en la lengua. Todo en una "tacada", y sin previo aviso, Y la verdad es que no sabemos por donde empezar. Se percibe en algunas personas movimientos nerviosos, quejas expresivas de que no están cómodos y que esa realidad, les produce una "enorme tensión", que incluso a veces les hace cuestionar su animosa iniciación en la práctica del Yoga.

Nos encontramos con una realidad que se nos escapa al control. La emoción. Toda tensión física produce emoción y toda emoción produce tensión física. Funcionan cómo las dos caras de una moneda. No pueden ir por separado.
¿Qué trata entonces de hacer la Consciencia Directa en el Yoga con ese binomio "tensión-emoción? Sencillamente, comienza por reconocerlo, asumirlo sin justificarlo, y después, encauzarlo, ya que la "emoción" intrínsicamente quiere decir "e-movere", es decir, mover hacia afuera. No siempre se debe desembocar o eliminar la tensión con la acción. Porque una tensión-emoción. negativa, se moverá con carácter destructivo.....violento.

Buscar la tensión y relacionarla con una emoción en las posturas de Yoga nos hace sentirnos mucho más tri-dimensionales, sin rechazar emocionalmente las tensiones, sino entrando en una fase diferente. Aceptar-dirigir. ¿Hacia donde?. Hacia la transformación de la tensión en otra cosa, y hacia la calma de una mente que incrementa habitualmente tensiones con comentarios interiores acerca de las mismas, alimentando la emoción primigenia, ya sea previa a la postura de Yoga, que no había sido delatada, o al simple cabreo que produce el sentir que "uno se está cómodo" con lo que ha elegido, ingenuamente, practicar.


“ASANAS”, ESTATUAS QUE RESPIRAN EN TENSIÓN





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La palabra “Asana” que proviene del antiguo lenguaje Sánscrito, quiere decir exactamente “Estatua que respira”.

Nada más extraño para alguien que quiere “relajarse”, que convertir su cuerpo en una “Estatua”.

La idea choca de tal manera, con nuestra imagen de lo que la “relajación” puede ser, que incluso produce cierto “repudio” que se expresa en forma de aprensión manifiesta usando la tan conocida frase, cuando consultan directamente a los profesores de Yoga en una entrevista previa. “pero…..supongo que esas posturas no tendré que hacer ¿no?”. Es decir, que es ir un poco “contra natura”. Y me gustaría explicar aquí, lo importante que son las posturas, para conocer, dirigir, transcender y sobre todo colocar en “su sitio” toda la energía de las tensiones de nuestro ser.

La tensión responde siempre a un estímulo previo. Es decir que el cerebro interpreta la “necesidad” y coloca los músculos y los sistemas en disposición de “tensar” el cuerpo para poder realizar algo que necesite dicha tensión.
Si necesito, correr porque me persigue un perro, automático envía adrenalina al riego sanguíneo y los músculos se preparan para disponerse a correr. Hay una justa proporción de reacción entre el “susto” (miedo) y la capacidad de “lucha o huída”. Si esa proporción no está bien ajustada, entonces puede sobrevenir una “parálisis”, quedando los músculos agarrotados sin poder comenzar la acción de huída.
Pero también necesitamos tensión para realizar nuestras labores. Para enfrentarnos a lo cotidiano. Para “dar cuenta” de nuestros actos en el trabajo, en la casa, en la relaciones personales. Hay una continua capacidad de adaptarnos a todo a base de “tensionar” el cuerpo, y luego accionar la tensión en forma de múltiples funciones, que nos parecen de lo más naturales.

Cuando hay una “disfunción” del sistema nervioso, entonces no nos da tiempo de descansar o de liberar la tensión acumulada. Es cuando nos sentimos mal. Empezamos a ser “controlados” por la tensión. La tensión en muchos casos alimentada por la ansiedad de lograr, hacer, llegar que tiene de substrato el miedo. Y sino nos damos cuenta, acabamos enfermando, o realmente agotados, física y psíquicamente.

La idea de las posturas de Yoga en su relación con la Tensión, es la siguiente:



Las posturas de Yoga nos hace sentir una “nueva” Tensión.

Esta “nueva” Tensión para realizar una postura determinada y terapéutica requiere Atención Consciente Directa.

Esta “nueva” Tensión está controlada por una experiencia directa de la misma, lo que quiere decir que no hay razones o motivos externos a nosotros que nos hacen crearla, sino una actitud voluntaria y además consciente de romper el círculo vicioso de la inconsciencia cotidiana sobre lo que “nos pasa”.

Esta “nueva” Tensión, se ajusta a unas necesidades que son atendidas de forma técnica. De ahí que sea importante aprender ciertas “tandas” o “tablas” de posturas, que estén perfectamente adecuadas a un ritmo y a conseguir que lleguemos a todas las zonas de nuestro cuerpo.

Esta “nueva” Tensión, se experimenta respetando perfectamente lo que el cuerpo puede dar de sí. Adaptamos nuestro ser a cada postura y no a la inversa. (importante que la persona que te dirige, sepa perfectamente cuales son tus necesidades o tus problemas para poder adaptarte)

Esta “nueva” Tensión, tiene un punto de “inflexión” en el que hay o cansancio o dolor, que nos hacen rechazar algunas veces la experiencia, cómo en la vida real, pero que debemos de contemplar sin ningún tipo de “emoción añadida”.


Esta “nueva” Tensión, poco a poco, se va resolviendo porque modifica el “patrón” de respuesta del sistema nervioso, haciendo que podamos resistir muy bien la postura, mientras que condicionamos el resultado con un trabajo respiratorio adecuado.

El alma de la “nueva” Tensión de las posturas y su perfecto manejo, es la RESPIRACIÓN ADECUADA.

Cada postura genera distintas necesidades para la Tensión que se crea y distintas formas de respirar correctamente.(no es lo mismo respirar en pié, que tumbados, que en torsión, que en Relajación Profunda Consciente).

A base de ser conscientes de todo el cuerpo, de la manera en la que maneja sus “tensiones” posturales, el cerebro aprende a distinguir perfectamente cuales son las adecuadas. Eso nos ayuda en la vida cotidiana para regular las “malas posturas” tanto las físicas, cómo las posturas psicológicas que generan una tensión muscular tremenda.

La base psíquica de las posturas se alimenta de la Atención y el Silencio, lo que hace que el sistema emocional se calme, aliviando las tensiones indeseables, para lograr la eficiencia en las deseables (las que hacen que consigamos mantener la postura). Eso refuerza muchísimo la Mente, calmando al bullicio intelectual y aportando una dosis de tranquilidad y confianza.

El momento “cumbre de las posturas” no se percibe en la postura misma, sino en el instante que decidimos soltarla. La forma lenta y profunda de soltar la postura, nos enseña a saber distinguir entre “tensión o relajación”. Es un momento mágico en donde el cuerpo y la mente, fluyen libres pero no erráticos, hacia otra postura de menos tensión, pero de una gran calidad regeneradora. Ahí…es importante estar presentes y no perder el “hilo de la respiración”.
El resultado a largo plazo es incrementar nuestra capacidad de “decisión” para soltar las tensiones, de forma sensible y voluntaria, pero sin endurecernos cuando nos demos cuenta de su existencia. Simplemente, darse cuenta, transforma la tensión en otra cosa diferente. Si “estamos en “ella” con las consciencia directa, podremos re-conducir su nivel de demanda, hasta ir soltando a través de la calma interior y de la respiración profunda.

La posibilidad de “adaptar” numerosas posturas a nuestras capacidades, incluso momentáneas, nos garantiza una versatilidad, una seguridad para no hacernos daño, y sobre todo la maravillosa imagen interna de que no tenemos límites, en los que debamos rechazar la experiencia. De ahí, que cuanto más practiquemos y conozcamos, más podremos sentir la tranquilidad de que el Yoga es un trabajo perfectamente íntimo y personal, incluso cuando lo trabajamos en grupos. Cada uno practica con sus posibilidades, cambiando de posturas, descansando más o menos, y haciendo que lo más importante que es flujo de la respiración sea verdaderamente el motor que nos ayuda a conocer, dirigir y aprender a soltar la tensión, sin querer “huir de ella”.

“Consciencia Directa” hacia la tensión asumida. Conocimiento interior y observación de la natural “homeostasis” del cuerpo que busca de manera natural, la calma.

ROSA COBOS ASTEGUIETA



Este artículo está sujeto a © Copyright Rosa Cobos 2014 - Todos los derechos reservados. Cualquier utilización de dicho material necesita el permiso del autor.

Bilbao 22 de Enero de 2014