YOGA TERAPEÚTICO
La palabra terapéutico nos atrae como
un imán. Por un lado tiene la promesa de un alivio para nuestras
penas, y por otro nos hace admitir que sufrimos tales penas. Pero
admitamos que por terapéutico se entiende todo aquello que es capaz
de transformar un estado negativo de nuestro ser en algo más
benéfico y armonioso. Luego, el objeto de terapia es muy variado.
Puede ser desde los aromas, hasta la música, desde los paseos hasta
la danza. Tenemos las artes plásticas, la comunicacion verbal, las
sustancias de algún tipo, la comida o el placer de alguna bebida.
El despliegue de la sensibilidad y la calidad de los sentidos. Qué
se yo… hasta el propio trabajo o la asunción de lo
cotidiano, puede ser una fuente de terapia.
En sí misma, la práctica del Yoga es siempre terapéutica, si la
intención es tal. Porque hay personas que toman dicha práctica como
un modelo de “control” y ausentamiento de la realidad
que en vez de benéfico resulta todo lo contrario.
El Yoga, practicado con humildad y amor, y una dosis suficiente de
confianza transforma al ser completo, y lo hace en las cuatro
vertientes en las que se desarrolla el ser humano.
Plano Intelectual
Estimula la atención consciente, liberando el intelecto de lo que llamo “ruido”. Entonces, podemos llegar a distinguir la cualidad de nuestros pensamientos e imágenes asociadas. No intentamos empujarlos o violentarlos. Simplemente nos hacemos conscientes del contenido. Esa labor mejora la memoria. Enriquece la calidad del mundo intelectual. Aumenta la sensibilidad que nos ayuda a aprehender el mundo con todos los sentidos. Nos facilita la labor del aprendizaje de cualquier materia, ya sea intelectual, espacial o manual. Nos ayuda a organizar y utilizar nuestro caudal de pensamientos, que al final nos conducen siempre a la acción. Y sobre todo, nos introduce en el acceso al VACIO, que es donde emana todo nuestro ser.
Plano Emocional
La Terapia de Yoga estimula la ecuanimidad emocional y la armonía en el mundo de nuestros afectos. Las emociones tienden a “movernos”, y nos empujan en todas direcciones. El pensamiento y la emoción se manifiestan casi al unísono, confundiendo nuestra alma para la acción. Al sentir mayor claridad intelectual podemos aceptar conscientemente y recibir nuestras emociones, y sin dejrlas actuar, dejamos que fluyan como el agua de una fuente. Así dejamos comportamientos compulsivos, y entramos en comportamientos reflexivos, con mucha más capacidad de decisión. Todos sentimos muchas veces el influjo maléfico, de la terrible rueda de molino de “pensamiento-que genera emoción-que-genera-a-su-vez más pensamientos” y nos hace vulnerables a las neurosis y el agotamiento físico y mental.
Plano Corporal-Físico
Promueve un estado más fuerte y armonioso en todo nuestro ser físico. Por lo tanto el universo de la materia que nos circunda. El mundo de las cosas cotidianas ya no nos parece tan amenazador. Podemos alcanzar mayor ímpetu. Claridad mental. Voluntad de acción y tranquilidad anímica, lo que se traduce en un calidad de vida altamente mejorada. En el caso de sufrir dolencias crónicas o pasajeras es maravillosamente eficaz para paliarlas.
Creativo-Sexual
Antes de ser nada somos seres sexuales. De la cuna a la tumba. Nos enamoramos no solamente de personas, sino de ideas, pensamientos, culturas, cosas materiales, y transformamos nuestro mundo. Esa capacidad de mantener a flote las transformaciones está generada por la potencia sexual, de la que los deseos, la voluntad, el entusiasmo vital, y la necesidad de sobrevivir es básica. Cuando fallan, estamos desangelados y sin ganas de vivir. El aburrimiento nos invade y la vida se vacía y se seca. El Yoga nos potencia esa capacidad, y cuando por enfermedad o vejez nos fallaran las fuerzas, encuentra una multitud de apoyos en nuestra espiritualidad, de la que emana todo lo que somos.
LA LLAVE PARA INICIARNOS EN EL YOGA TERAPEÚTICO ES LA CONSCIENCIA. Y A LA VEZ LA VOLUNTAD CONSCIENTE ES LO QUE DISTINGUE UNA MERA PRÁCTICA DE UNA TERAPIA.
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