MI AMIGO JODOROWSKY


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Surgió un día. Como todas las cosas. No que no existiera con anterioridad. ¡Qué va!. Pero la Vida surge cuando la consciencia se despierta, y lo hace en un instante. Aunque no se crea, un ser humano nunca es más consciente que cuando el Ying (el óvulo) y el Yang (el espermatozoide) se unen y un “Big Bang” estalla. Es un microcosmos que se origina y se extiende desde el Infinito hasta el Infinito, y está mirando desde aquí, desde lo más claro y cálido del útero materno. Y así…disfrazado de pantalla catódica fue como conocí a mi amigo Alejandro Jodorowsky. ¿Y que me atrajo hacia el?. Lo primero, la relajación de la noche. Cuando nadie te demanda y toda la labor del día está realizada y además te despojas de toda vestimenta física y mental, todo lo que penetra en la consciencia es fresco. Se recibe con mucha intensidad, y si lo que entra atisba el hueco que toda alma desea llenar, va como un rayo, buscando tomar tierra en una montaña.

Alejandro Jodorowsky es un revolucionario de la creatividad. Su trayectoria vital muestra un hombre culto, apasionado del Hombre y su desarrollo. Transluce una fuerza nueva, como si fuera un adolescente lleno de sueños impetuosos, y un punto de irreflexión, pero a la vez es un ser muy viejo, como esa adultez que muestran a veces los niños, cuando sus personalidades no han sido esculpidas por la socialización necesaria para la convivencia. Es la sabiduría benevolente, blanda como el agua, pero poderosa, que muestran los sabios de los cuentos taoístas.Toda su vida se ha expresado de una forma iconoclasta hasta el límite. Transgresora de las costumbres estéticas, experimentador de lo absurdo, y de lo que el llama el “acto poético” pero alimentando con su arte una expresión que emana amor y fe en la Vida y no desesperanza y confusión.

Toda esa experiencia no solo se nos muestra en sus libros sino en películas, obras de teatro, guiones de cine y de cómics, ya legendarios, transcendiendo los baremos culturales del judaísmo, cristinianismo, hinduísmo, y todos los ismos que encajonan la experiencia del Hombre en sectas uniformadas.

Alejandro Jodorowsky es un poeta. Un taumaturgo. Un místico. Un tarólogo iniciador de la magia aplicada a la Vida, y además es una persona no solo extraordinaria. Especial… Sino llena de encanto y de magnetismo, belleza y sobre todo, el vivo reflejo de lo que uno ansía sentir… que es, el percibirse como un ser humano sin edad, sin sexo definido, sin apego a las costumbres y los rituales caducos. Con un enorme sentido de la creatividad. Es una personalidad sin límites, bondadoso y vigilante del desarrollo de los seres. Una emanación de plétora vital y de profundidad anímica con una delicadeza exuberante, como si fuera una enorme mariposa multicolor tímida pero arrogante y espectacular. Un ser sabio que sabe, conoce y no hace alarde. Un hombre que es padre y madre, generosos, que pueden ser padres de sus hijos e hijos de sus padres, porque así son los ciclos del amor. Toda esa espectacularidad emana desde una vacuidad anímica, que es de donde surge la verdadera y única consciencia. Y en su caso está plena de una inteligencia risueña, llena de afecto. Alejandro transforma las palabras y las ideas en afectos. El afecto en bienestar y un sentido de la abundancia, y el bienestar en fuente de creatividad y fuerza.

Es posible que alguien pueda opinar que todo esto es como una historia producida por mi propio deseo de crear un relato imaginario acerca de alguna persona. Algo así como los cuentos que uno organiza alrededor de un vecino al que ve en la casa de enfrente, cuando ritualísticamente se asoma a la ventana a ciertas horas. Y se le ve salir. Y entrar. Coincides con el en el super y en la farmacia. Observas cómo cíclicamente es visitado por familiares en fechas especiales. Y hasta se podría espiar qué programas de televisión está viendo y a qué horas. Te das cuenta de su forma de vestir o cómo cuida a su perro. Y fantaseas. Pero este hombre no se muestra. No contacta ni hace intervenir su voluntad de encuentro alguno. Es cómo un paisaje, que nada te dice y al que tú le hablas con tu presencia. Con Alejandro es mucho más porque se muestra, te invita y te responde. Bien que cada vez que le ves en los medios es debido a alguna promoción de una obra. Pero eso no es demérito. Recuerdo una frase de una religiosa, a la que tímidamente le informé sobre el precio de un curso al que iba a acudir. Ella. Viéndome apurada, me dijo alegre. “¡Ah. No te preocupes!. Que del cielo para abajo, todo el mundo vive de su trabajo”. Así que nada menoscaba a una persona que se promociona. Lo que da a los demás, incluyendo a su familia, amigos o lectores y seguidores es tan enorme que lo que se paga es nada… y se muestra tan adorable y tan útil que desearía que se promocionara todos los años.

La idea de introducir a Alejandro Jodorowsky en la sección de Tarología es para rendir homenaje a un revolucionario de esa ciencia, que junto con Carl Jung han situado el Tarot, su simbolismo y aplicación , fuera de los circuitos mercantiles y absurdos de la cartomancia y han alumbrado de una forma novedosa, la interpretación de dichos símbolos, tan antiguos como el Hombre. Aquello que es o se considera “esotérico” dejaría de ser para convertirse en “exotérico”.

Lo que importa no es lo que los seres humanos serán, sino lo que son. Y cómo lo que se es, nos orienta hacia lo que supuestamente seremos. Y lo que es tan variado y transformador es que esa mezcla aleatoria de arcanos es la revelación de un instante vital, y que cada segundo morimos y cada segundo renacemos. Así. Sin darnos cuenta…Y luego seguimos creyendo que somos los mismos y que vamos hacia alguna parte para llegar a ser alguien o algo.

Tanto Alejandro como C. Jung nos han enseñado que somos nosotros quienes hemos creado los símbolos, para poder llegar al alma y a la consciencia aquello que es enormemente difícil de explicar con palabras, porque las palabras nos llevan por unos cauces de pensamientos encadenados que te alejan de la experiencia real. Las palabras, las denominaciones, el nombre de una cosa, como por ejemplo, “mesa”, no es la cosa. El mapa del territorio no es el territorio. La imagen de un hombre no es el hombre. La grandeza de Dios, Tao, Alá, Brahma es indescriptible e innombrable. Pero les damos un nombre. Y de esa forma uno no se detiene a pensar, sino que siente…y percibe el mundo de forma más directa y más universal.

El Tarot simboliza los estados del Alma. Su camino evolutivo, que va desde una fuerza caótica y creadora de todo lo que es… hasta la complección del mundo. De un microcosmos individual hasta un macrocosmos eternamente intelectual, afectivo, material y creativo.

Y la Danza continúa.

Si sentís deseos de conocer a Alejandro Jorodowsky, os recomendamos la lectura de su maravilloso libro “La Danza de la Realidad”. Un libro humano, sensible y variado, pleno de inteligencia y poesía. Nunca he sentido tantas emociones en una obra autobiográfica como esta, toda cuajada de hondura y afecto. Por ello y por mucho más, esta sección esta dedicada a, “Mi Amigo Jorodowsky”.


Bibliografía recomendada:

La Danza de la Realidad.
Psicomagia
El Tesoro de la Sombra
Donde mejor canta un Pájaro
El Niño del Jueves negro.
El Maestro y las Magas.
(Editorial Siruela)

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