DE MÍSTICOS Y ALMAS



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Visión de los Cuatro Elementos - Hildegarda Von Bingen (Liber Operorum).



La Vía Mística es la Vía de la Luz. Es el anhelo del alma de los hombres para experimentar aquello que sienten subyace trás los fenómenos y sus vivencias. Desde tiempos inmemoriales los hombres han divinizado al Sol representante de la Vida en la tierra, y también a la Luna, representante del mayor milagro de la Vida. La capacidad de procrear. Y han visualizado desde el fondo de su corazón la Luz que desde lo profundo del firmamento se les antojaba como el lugar de los dioses. De donde todo nace. Allí, tras esa expresión de estrellas han depositado sus anhelos de supervivencia y sobre todo de comprensión de lo que para ellos era la Vida.

Los seres humanos que buscan esa Luz o la encuentran debido a una capacidades fuera de lo común son llamados místicos. Y han sido reverenciados y buscados porque por sí mismos reflejaban parte de esa energía, de esa numinosidaad que es vetada para el resto de los mortales.
Al final, nos encontramos que los místicos son poetas, visionarios, son almas que más que buscar encuentran o perciben. Están más allá de la moral o del deber. Más allá de la ética o de la costumbre cultural. Se dan en todas las culturas y en todas las épocas. Introducimos esta sección con imágenes y texto de la maravillosa mística, poetisa, música, científica, y muchas más virtudes y potenciales. Es Hildegarda Von Bingen,(1098 - 1179). Abadesa alemana cuya inteligencia y particular capacidad la situó en el zenit del misticismo de la Edad Media, además de intervenir con su interesante obra epistolar en la conciencia de notables, santos y nobles de la época.

"Desde mi tierna infancia, antes que mis huesos, nervios, y venas fueran fortalecidos, he tenido siempre esta visión en mi alma, incluso en el tiempo presente, ahora que ya tengo veinte años... La luz que veo no es espacial, sino más lejana y mucho más brillante que una nube que transporta el sol... y la llamo "la reflexión de la Luz viva"... No puedo distinguir en la misma ninguna anchura, altura o longitud... lo que contemplo es tal que se me queda largo tiempo en la memoria. Mientras gozo de esta visión de la luz , desaparece de mi toda tristeza y dolor. Veo, oigo y conozco todo al mismo tiempo y es como si en un instante aprendiera todo lo que se. Pero aquello que yo no veo, yo no lo conozco porque no he sido educada y simplemente se me ha enseñado a leer. Lo que escribo es lo que yo veo y oigo en la visión... y estas palabras en la visión no son como las pronunciadas desde la boca de un ser humano sino como una llama vibrante, o una nube flotando en un cielo claro."


- Hildegard Von Bingen (Carta a Guibert de Glemboux - 1175)
R.C.Bilbao 2005