AUTOTERAPIA




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Un niño está naciendo. Se abre camino a través de un canal angosto y vibrante, que lo expulsa del paraíso acariciante del útero. Su tamaño ya era lo suficientemente grande para que todo su cuerpo se sintiera masajeado por las paredes de ese pasaje vivo. Cada vibración, tensión, relajación, gemido, voz y temperatura de la madre era reflejado en su piel, estimulándola y permitiendo que ese ser aprendiera lo que es sentirse individuo. Y también, a percibir la frontera sensible entre la piel y todos los sentidos y lo que a partir de ahora iba a estar representado como “lo de afuera.” Una vez que sus pulmones se llenan de luz, percibe unas manos que le sujetan, le limpian o le acarician. Pero es muy significativa la imagen de pavor con la que un recién nacido nos regala al verse sometido a un entorno agresor. Cómo se agitan sus bracitos, buscando agarrarse,para evitar el vacío helado. ¡ Qué vértigo deberá sentir al percibirse suspendido en el aire por unos firmes y eficientes músculos!. La primera terapia asistencial a un neonato es la que le coloca inmediatamente después del parto junto al agotado vientre de su madre, para que ese cambio sea más gradual y menos violento.


Desde entonces, todo ser vivo humano depende del contacto de sus semejantes para sobrevivir en todos los planos. El intelectual. El afectivo-emocional. Físico-material y creativo-sexual. Es un hecho antropológicamente demostrado. Un recién nacido desprovisto de contacto físico, de tacto, y caricias, de voz y comunicación, no se desarrolla debidamente, y o bien muere prematuramente o sufre unas secuelas casi más devastadoras que el hambre, el frío o microbios patógenos. Pero a la vez hay algo maravilloso en esta necesidad. El neonato no distingue razas, sexo, posición económica. Lenguas o credos. Cualquier calor humano le basta, mientras sea emitido con protección y amor. Le ofrece la oportunidad de sentirse a la vez único pero sumergido en un útero más complejo que el anterior y al que se irá adaptando poco a poco, con confianza total y limpieza de corazón. De esta forma, puede llegar a la madurez, que es ese momento de la vida en el que somos capaces de mantener un concepto individual de uno mismo pero a la vez atender, como un rayo amoroso de autorrealización a todo lo que nos circunda. Seres humanos, fauna, flora, y el Universo entero que nos engendra.

Ahora somos adultos. Sí lo somos. Pero qué duda cabe. Seguimos estando necesitados de comunicación y contacto. Somos interdependientes entre nosotros. Y además no queremos enfermar ni envejecer ni morir. Nuestro fiero instinto de superviviencia nos impele a vivir la existencia como una lucha contra la propia esencia de la Vida, que es el cambio y la transformación. Por lo tanto, y ahora que se han añadido estadísticamente muchos más años de pulular por este mundo, nos volvemos más y más avaros de horas y elevamos las terapias de mantenimiento y curativas a un arte en el que seguimos entronizando a los médicos, sacerdotes o psiquiatras, amén de todo tipo de terapeutas de la estética y del placer a la altura de los chamanes, hechiceros o sumos sacerdotes de antaño. Tanto unos como otros pretenden tender un puente entre el ansia de supervivencia y de transcendencia. Estan tratando de llenar nuestras carencias. Parece ser que desde siempre el ser humano no se siente completo, ni seguro. Con la diferencia de que ahora, todo se trivializa y se convierte en costumbre, ya que muchas personas se pueden permitir tal gasto económico. Y literalmente hay sectores enormes que no pueden vivir sin todo ello. Se olvidan de que gran parte de los seres humanos del mundo solo cuentan con sus recursos individuales y colectivos naturales. Entre ellos el bagaje genético de grupo que apoyado por unos mínimos de alimentación, abrigo y respeto a las leyes de desarrollo, permite que florezca la vida sin tanta necesidad de ayuda exterior.

Es muy importante distinguir entre el derecho a la Sanidad y la Educación, gran revolución social de desarrollo humano pleno a la incapacidad que estamos introduciendo en nuestro ser para no descubrir la enorme fuerza de curación, armonización y supervivencia que todo ser vivo tiene en sus genes y en su alma.
Por ejemplo. El neurólogo, psiquiatra y psicoanalista Boris Cyrulnik, que con seis años escapó de un campo de concentración nazi, nos expone una cualidad descubierta en hombres y mujeres famosos y otros menos que se mostró cuando eran niños. Se llama “resiliencia.” Demuestra que ninguna herida es irreversible siempre que se pongan en su sitio los mecanismos de defensa y que se le tiendan las manos a la persona afectada. La semilla de la curación está en cada alma. Y el regarla y mimarla es responsabilidad del entorno humano.

Tomando como modelo esta fuerza innata para sobreponernos y equilibrarnos de serios golpes o de pequeños zarandeos vitales, nos hallamos, ahora, sumergidos en la era de las terapias. Y muchas personas se agitan deseando encontrar una hábiles manos que les desanude los músculos. Unas gotas sabia y amorosamente recetadas que les armonice el organismo. Unos bisturíes que les devuelva una auto-imagen mejorada. O una mirada, una voz y unas palabras que les ayude a resolver los conflictos internos y a encontrarse a sí mismos. En muchas ocasiones seguimos funcionando como unos recién nacidos y nos negamos la capacidad de generar la auto-sanación. Y nos volvemos un tanto pasivos. Estamos acostumbrados a ir en pos del placer, la auto-satisfacción de los deseos, ideales de compensación, pero nos vamos olvidando de las necesidades reales de todo nuestro ser. ¿Cómo enfocar este desperdicio de auto-estima de tamañas proporciones? Aprendiendo y experimentando la autoterapia.

AUTOTERAPIA DE DESARROLLO


La primera regla es averiguar cuales son nuestras necesidades.
¡Ah!. Pero ahí no vale engañarse. Comprarse ropa nueva, o ir de vacaciones al Caribe o hacer un circuito acuático en el balneario de turno puede ser interpretado cómo una terapia. Pero yo diría que es más un capricho o un premio de compensación. Si lo miramos objetivamente no es necesario. Pero comer adecuadamente, sentir el aire fresco y limpio. El sol y el agua en la piel, adiestrar nuestras funciones intelectuales, afectivas,materiales o creativo sexuales sí son necesidades de desarrollo reales. La autoterapia no significa que renuncie a buscar ayuda o complección en los demás. Significa, que en la medida de lo posible, uno mismo, a través de su experiencia, observación y objetivación, aprenda a conocer las necesidades. Los problemas reales y busque la actualización de dicha fuerza sin necesidad de tener que dejarse caer siempre en los otros o pagar un servicio. La autoterapia se puede desarrollar en los cuatro planos de la realización.

PLANO INTELECTUAL


¿Porqué hay tantas personas que desafiando su estatus cultural aprenden a leer y escribir, no importa a cual edad? Para sentirse dignos y desarrollar su capacidad de evolución intelectual. Eso les devuelve una imagen tridimensionada de su ser. Lo completa y lo enriquece de tal manera que a veces se producen cambos milagrosos en la evolución de la persona. Este plano sostiene y alimenta a los demás. Nos podemos preguntar. ¿Qué necesito en ese plano?. ¿Qué es lo que me hace más vivo, inteligente y rico intelectualmente?. ¿Hay en mí una carencia intelectual?. Puedo desarrollar mis otras cualidades humanas a través del intelecto?. En principio, podemos consultarlo. Luego la autoterapia es cosa de uno mismo.

PLANO AFECTIVO


No es solo sentimientos. Es comunicación intelectual más sentimientos. ¿Acaso no podemos abrirnos más al amor y al entusiasmo por la vida. Enamorarnos más del vivir? La emoción depende del carácter esencialmente adquirido. Pero los sentimientos son altamente intelectuales. Es como si las “tripas” se filtraran y afinaran en el corazón hasta llegar al cerebro, que erróneamente es considerado por el vulgo cómo un órgano frío y carente de movilidad afectiva, cuando es todo lo contrario. ¿Qué necesito en el plano afectivo?. ¿Cuáles pensamientos nutren positivamente mi afectividad y cuáles la deprimen?. ¿Cómo afectan las ideas y las creencias a los afectos? ¿Cómo me comunico o necesito comunicarme con el entorno? ¿Qué estoy dispuesto a realizar para mejorar mi amor por la vida y por mi mismo?

PLANO MATERIAL-FÍSICO


¿Conozco mi cuerpo. Su constitución y sus necesidades? ¿Vivo ajeno al cuerpo físico como si fuera una persona metida en un disfraz?. ¿Cómo lo alimento, lo toco, masajeo, acaricio, limpio o visto?. ¿Soy capaz de darme cuenta de que no existe entre el Universo y yo ninguna frontera real y que toda separación se debe a la capacidad reducida de los sentidos?. ¿Vigilo cómo me muevo, siento, pienso y cómo, todo absolutamente todo, afecta al cuerpo físico y en todo momento?. ¿Estoy ausente del cuerpo físico y no me doy cuenta de que no es ninguna máquina, y que el cuerpo soy yo y no que yo soy el cuerpo?

PLANO SEXUAL-CREATIVO


Hay una confusión. Muchas personas creen que la realización sexual pasa por poner a punto el sistema reproductor o disponer de una líbido exuberante. Realizar el coito en busca de la sensación perdida o entrar en los records de multiorgasmos o hazañas parecidas. La procreación y el placer van de la mano, algunas veces. Pero eso cambia de un lugar a otro. De una religión a otra. De una cultura a otra. Con solo procrear no hacemos mucho. Una vez procreado el ser humano, necesita de esa fuerza sexual para relacionarse con el entorno. Y no solo se realiza procreando sino a través de los sentidos que le abren al placer sencillo, la belleza, la comida, los colores, los aromas. En resumen, la sexualidad es una ventana para recrearnos (crearnos de nuevo) en el Universo.

Luego hay también quien cree que para ser creativo o entender la creatividad hay que ser artista escénico o plástico. Ingeniero o arquitecto. Filósofo o literato. Y todo lo demás no es creativo. E incluso puede ser mediocre. No. La mediocridad no tiene que ver nada con la creatividad. Diría yo, que la creatividad es la capacidad de desarrollar el potencial que sea, utilizando la menor cantidad de recursos disponibles. Es decir, la creatividad es la revolución ecológica del ser humano. Pero no es innata. Forma parte de la Naturaleza, que está continuamente inventando formas de adaptación y aprovechamiento de todo lo que existe, con la única motivación de crear sostenimiento vital y máxima variación. Por lo tanto. Mis necesidades creativas se pueden desarrollar donde yo las sienta. En cualquier parte. En cualquier esfera. En lo puramente cotidiano o en lo excepcional. En lo que dispongo o en lo que encuentro. Solo necesito ser consciente y amoroso hacia mi mismo y sobre todo abrirme al entusiasmo y mirar tanto hacia el interior como al frente y a mi alrededor con la mirada limpia de un niño.

Resumimos. La autoterapia es la atención intelectual, afectiva, material-física y sexual-creativo hacia uno mismo. Está dirigida por los potenciales de autorrealización y destinada a proyectar el mundo hacia sí, de forma que más tarde podamos devolver esa energía transformada hacia fuera. Hacia la vida, no solo nuestra sino de todo ser y su entorno. Al llegar al mundo se nos otorgó un caudal de Amor-Inteligencia y Energía destinado a expresarnos cómo seres completos que somos.

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